
Con un conflicto gremial latente por la falta de repuesta a reclamos por una mejora salarial, la Municipalidad de San Martín se dio el lujo de asumir gastos desmesurados para llevar adelante el Festival Nacional del Bonarda, obviando así la situación económica que atraviesa la comuna y la realidad que viven los trabajadores municipales.
El espectáculo se realizó durante cuatro noches en el teatro griego Juan Pablo II, del parque Agnesi; donde más de 50 mil personas disfrutaron gratis de la actuación de Los Tekis, Jorge Rojas, Leandro Lovato, Destino San Javier, El Negro Ferreyra, Juanita Vera, Amar Azul, Los Reyes del Cuarteto y El Rey Pelusa, entre otros.
Teniendo en cuenta que el acceso fue gratuito, muchos se preguntarán ¿cuánto le costó al gobierno municipal la organización del festival? Según la documentación a la que accedió Este Online, el gasto supera los 6 millones de pesos, desde la producción técnica hasta la contratación de más de 50 cantantes locales y nacionales.
Al momento de desmenuzar el gasto total, la comuna destinó $4.543.000 para la contratación de los equipos de sonido, iluminación, pantallas de led, armado del escenario, alquiler de instrumentos, servicio de salud, personal de seguridad, equipamiento del predio, promoción y un largo etcétera que detallaremos a continuación.
Sobre el último dato, $1.543.000 se asignó para el alquiler de 380 metros de vallas Layher, 20 metros de vallado free standing de aluminio (ubicadas delante del escenario), 44 sanitarios químicos, tres ambulancias equipadas con paramédicos, seguridad privada, seis carpas para los artistas y la prensa, diez mil sillas plásticas, servicio de catering y fuegos artificiales.
En cuanto a la producción general, el gasto ascendió a los $3 millones. En esta cifra, se incluyó el armado del sistema sonoro dirigido al público PA (Public Address): 32 cajas line-array (altavoces acoplados en línea), 12 cajas para las torres laterales, 32 cajas sub-low y 4 monitores front-fill (altavoces para las primeras filas). También comprendió la contratación de la mesa de control FOH (Front of House).
La misma estuvo conformada por una consola de mezcla digital de 48 canales, 12 monitores de piso para el escenario (pequeños altavoces repartidos en el escenario en forma de cuña), 20 monitores laterales side-fill y 4 monitores inalámbricos in-ear (auriculares para los músicos), un controlador digital, amplificadores y dos reproductores.
Para el monitoreo del show, se contó con una consola de mezcla de 64 canales y 32 envíos auxiliares con doble fuente de alimentación, 14 monitores de piso, 8 autoamplificadores line-array, 4 sistemas sub-low, sistema de wireless con 100 frecuencias, cajas down-fill y 32 stand para micrófonos. Además del sistema de audio para el sector destinado para la prensa oral y gráfica.
En cuanto a la iluminación, se convinieron 136 luminarias móviles, 24 cabezales móviles, 4 proyectores arquitecturales, 28 minibrut de led (artefacto compuesto por varias lámparas), 10 strobos, 4 máquinas de humo, 8 estaciones de comunicación inalámbrica, equipos de wireless, dos consolas controladoras de luces, 16 juegos de seguridad del personal técnico (eslingas, grilletes y accesorios de montaje), entre otros elementos.
Con respecto al armado del escenario, el municipio contrató una estructura tipo Layher (sistema de andamios) de 18 metros de frente y 7,71 metros de profundidad, con una cubierta de acero denominada “Cassette”. Como así también el armado del mangrullo o torre de consolas y la colocación de una pantalla de fondo de 8x4 metros y dos laterales de 5x3 metros.
Sobre el servicio de sonido backline (instrumentos para aquellos músicos que no trasladan sus propios equipos), se alquiló una batería DW Collector, un bajo Ampeg, una guitarra Vox, un piano Nord Stage de 88 teclas, dos amplificadores Fender Twin Reverb y diferentes accesorios para los instrumentos de cuerdas y percusión.
Por último, a pesar que el cachet de los artistas se maneja con absoluta discreción, nuestro medio pudo averiguar que los principales números artísticos cobraron entre $100.000 y $180.000, sin incluir los gastos de traslados, hospedajes y viáticos. La gran mayoría de los cantantes locales tuvieron contratos muy inferiores y otros habrían actuado gratis. En este caso, la cifra supera largamente el millón de pesos.
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